Descripción
Toro Albalá es el sueño hecho realidad de un pequeño agricultor, José María Toro Albalá, quien empezó a guardar vinos viejos para la creación de joyas enológicas destinadas a los paladares más exigentes.
Con el tiempo, esa idea de guardar vinos ha dado sus frutos y algunos de ellos se sitúan ya entre los más admirados del mundo. Esta filosofía de búsqueda de la excelencia se implantó en los valores familiares y aún persiste a día de hoy. Así nació esta bodega en la población cordobesa de Aguilar de la Frontera, bajo la denominación de Montilla-Moriles
La paciencia es una virtud que a menudo da frutos muy dulces. Los Pedro Ximénez de añadas concretas como 1946, dentro de la gama Convento Selección, son un ejemplo de ello. La constancia y el arte de saber esperar dieron como resultado la obtención de los 100 puntos Parker para Don PX Convento Selección 1946 por parte de la revista The Wine Advocate. Un hecho que marcó un antes y un después para Toro Albalá, por ser la primera en acceder con un vino dulce al olimpo de los mejores vinos.
Cada año Toro Albalá selecciona una serie de vinos dulces de uva pasificada Pedro Ximénez sometidos a largas crianzas para ser embotellados. Una joya de la centenaria bodega cordobesa de compleja nariz y dulzor equilibrado en boca que, sin duda, sigue la senda de excelsa calidad de anteriores añadas.
VARIEDADES: 100% Pedro Ximénez.
ELABORACION: Asoleo de las uvas en capachos durante 7 y 9 días para pasificarlas. Como curiosidad se necesitaron casi tres kilos de uva para obtener un litro de vino. Tras el prensado, el mosto se alcoholizó hasta alcanzar un rango entre los 8.5 y 8.9 % vol. El vino pasó a depósitos de acero inoxidable donde permaneció 12 meses. Trascurrido este tiempo se le añadió de nuevo alcohol hasta los 17 grados y se trasegó a botas de roble para su envejecimiento. Envejecimiento de 25 años de crianza estática oxidativa en botas de roble.
Vista: De un color caoba oscuro limpio, brillante y luminoso. Al mover la copa aparecen tonos yodados.
Nariz: Aromas a fruta pasificada (uvas, ciruelas, dátiles, orejones) con un toque cítrico a corteza de naranja. Notas de regaliz, café, canela y cacao al agitarlo.
Boca: Entrada dulce y aterciopelada, que contrarresta con la acidez y amargor haciéndolo muy equilibrado en boca. En via retronasal se muestra muy persistente con aromas a pasas, cacao y naranja confitada.
Maridaje: Para disfrutarlo solo o acompañando chocolates, helados, ‘foie’ o quesos azules.
Vol. 17%